La realidad de esta familia comenzó a cambiar en el 2003, cuando la Fundación Banhcafé inició la metodología de los Bancos Comunales, y Gladys se implicó en la coordinación de su comunidad, convirtiéndose así en una de las fundadoras de la Empresa de Crédito Comunal (ECC) La Virtud.

Esta Empresa de Crédito Comunal asigna microcréditos (de entre 20 a 100 $) a los pobladores, a fin de desarrollar actividades agrícolas, compra de útiles escolares, cría de animales, emergencias, entre otros.

En la actualidad, Gladys y su marido han podido ampliar el proceso productivo de siembra de tomates, además de construir dos sistemas de riego invernadero. Con esta actividad, la familia pudo comenzar a ahorrar y manejar un mejor fondo familiar que le permite pagar la educación de sus hijos, alimentación, y comprar más acciones de participación en la ECC. El marido aseguró que entre sus hijos y él se ocupan de las labores del hogar cuando Gladys tiene que asistir a las reuniones y capacitaciones.

Esta ECC está organizada en una junta directiva, un fiscal y un comité de crédito. Los socios al querer pedir un crédito deben presentar los siguientes requisitos: residir mínimo desde hace tres años en la comunidad, no tener antecedentes penales, ser mayor de edad, que tenga algún aval y que cuente con el apoyo de dos miembros fundadores del Banco Comunal.

El sistema consiste en que los socios van comprando acciones, cada una cuesta 200 lempiras y mientras más acciones tienen, más amplio es la cantidad de crédito. El interés que cobran por préstamo es del 36% anual para los socios y un 42% para el resto de los vecinos. A fin de año, los intereses ganados son distribuidos entre los socios/as.

Este proyecto que ha beneficiado a un total de 204 familias integrantes de 16 bancos comunales, contó con el apoyo de la cooperación española, a través de la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha y la Fundación Iberoamericana para el Desarrollo (FIDE).