Desde los siete años, Francisco comenzó a trabajar en el campo, ayudando a sus padres a cultivar y 25 años después continúa dedicándose a este oficio de la tierra. Cada día, a las cinco de la mañana se prepara para comenzar su larga jornada de trabajo que comúnmente termina 12 horas después.
Pero este esforzado trabajo no alcanza para elevar el nivel de vida de Francisco y su familia, ya que las condiciones naturales de los terrenos del altiplano no son las mejores para obtener grandes producciones de trigo, ni de maíz y sí una escasa siembra de cebada, papa y arveja. Este cultivo es de autoconsumo, no alcanza para vender.
A Corral llegó la línea de microcrédito que desarrolla la ONG boliviana INDICEP junto a la Fundación FIDE, a fin de generar el espacio y los recursos necesarios para conformar un banco comunal.
Un año después, Francisco forma parte de los 11 bancos comunales que funcionan en Corral. Este agricultor ha diversificado su actividad de trabajo y ahora no sólo se dedica al cultivo de alimentos, sino que además el crédito le permite comprar ganado y sembrar alfalfa para estos animales. Luego de varios meses, el ganado es llevado a las diferentes ferias de la zona para venderlo a los comerciantes.
Esta diversificación en su actividad de trabajo ha permitido a Francisco comenzar a obtener más dinero para su familia, poder pagar la educación de sus dos hijos pequeños y comprar alimentos que no se cultivan en la zona.
INDICEP y FIDE además de otorgar los microcréditos, tienen una línea de capacitación continúa sobre técnicas de siembra, cultivos y manejo de dinero, que le permiten a Francisco y al resto de los pobladores ir mejorando su emprendimiento.