Debemos construir IBEROAMÉRICA
como espacio histórico, cultural y de valores sin fronteras
compartidos por las personas que forman sus pueblos y sus instituciones.
Cuyas naciones con identidades propias dialogan, cooperan y establecen
vínculos en beneficio de los ciudadanos, y se reconocen como
una unidad en la diversidad.
Se
hace camino al andar, IBEROAMÉRICA es tan grande y tan grandiosa
que no se puede abarcar con un plan, una idea, ni una conquista
épica. No se puede hacer de una sola vez. Tienen que participar
varias generaciones de iberoamericanos para que la sientan propia,
la tenemos que ir construyendo con realizaciones concretas, tenemos
que resolver los problemas que más inciden en la vida de
los ciudadanos, y hacer que Iberoamérica se un espacio de
solidaridad, democracia y desarrollo donde cabemos todos.
Construyamos Iberoamérica
con formas concretas, técnicas y prácticas, con métodos
de cooperación en lugar de visiones ilusorias que devienen
en frustraciones y desencantos. Métodos y trabajo juntos
con los que se pueden alcanzar acuerdos y establecer vínculos
entre las naciones. De esta manera podremos voluntariamente cambiar
los hechos y las realidades de forma gradual. La reforma continua
nos facilita que con cada acuerdo de cooperación se irá
profundizando la integración iberoamericana, y recorriendo
dicho camino, pensaremos en más cosas y podremos hacerlas
juntos.
Todo acuerdo tiene que ser
en benéfico de todos. Con diálogo, la negociación,
tan larga y rigurosa como sea necesaria, y el compromiso personal
e institucional. Hasta la entrega de soberanía a un fondo
común, significa la soberanía compartida en beneficio
de todos. Las negociaciones entre las naciones tienen que basarse
en la participación de todos; en el debate de ideas, propuestas
y métodos; en el fortalecimiento de lo común, eliminando
obstáculos y conflictos que siempre rodean a los asuntos,
para llegar a la formulación de políticas y de acuerdos
vinculantes. Tenemos que transformar las instituciones nacionales
"desde adentro" con los valores compartidos. La aplicación
de dichos valores transformará a las instituciones como consecuencia
de los acuerdos vinculantes entre naciones. Todo lo cual influirá
en la vida cotidiana y en las aspiraciones de los ciudadanos.
La experiencia exitosa de
los últimos 30 años de España, Portugal y Europa
ha demostrado que la forma de construir un nuevo orden mundial en
esta era Global no debe empezar por arriba diseñando un orden
constitucional y grandes leyes, sino desde abajo y desde adentro,
trabajando juntas las personas y las naciones en la solución
de los problemas más graves y en el interés de los
ciudadanos. A medida que se va aprendiendo a trabajar juntos y a
experimentar los beneficios reales, las naciones sienten la necesidad
de compartir la soberanía en asuntos concretos, como ha sucedido
en la construcción de la Unión Europea.
Hace quinientos años
España y toda Europa inventaron la forma más eficaz
de organización política: el Estado-nación
y en el siglo XX se había convertido en la única posible,
quedando eliminados los sistemas feudales, las ciudades-estado y
los imperios. En el último cuarto del siglo XX, Europa ha
ejercido una influencia internacional que ha hecho que los estados-nación
europeos se hayan ido uniendo voluntariamente para formar la Unión
Europea, y en América Latina el Merco sur es el ejemplo de
un éxito. Todas las iniciativas mundiales de regionalización
indican que para finales del siglo XXI el Mundo se entenderá
formado por Regiones Mundiales, de manera que todo Estado-nación
deberá pertenecer a una o más regiones mundiales,
sino quiere estar fuera del mundo.
En esta era Global está
naciendo un nuevo mundo de regiones mundiales y la protección
del Individuo, que en las democracias adquiere el grado civil de
ciudadano. La prioridad de la defensa del Individuo frente al Estado,
frente a las amenazas globales como el genocidio, el terrorismo
o el calentamiento del planeta. Con la integración regional,
"un mundo de regiones está desafiando al mundo unipolar".
El Mundo ha comenzado a girar en torno a las grandes regiones mundiales
interdependientes, como EUROPA o IBEROAMÉRICA. España
y Portugal por historia, cultura y valores pertenecen a ambas regiones
mundiales, razón suprema por la que españoles y portugueses
tenemos la responsabilidad de fortalecerlas.
Estas
macroregiones autónomas e interdependientes fomentan la paz
y la no-agresión como autodefensa, la apertura de mercados
para sus miembros y el desarrollo global. Europa e Iberoamérica
son determinantes en el orden mundial del siglo XXI y su influencia
diseñará en buena parte la manera de hacer las cosas;
la mejora del comportamiento humano; la formación de la espiritualidad
laica global con ética, solidaridad y sostenibilidad; la
estabilidad y el crecimiento económico; la distribución
racional del conocimiento y la igualdad de acceso a los medios;
la mejor utilización de los recursos naturales; las mejoras
en las sociedades, el bienestar social y la calidad de vida; la
cooperación al desarrollo de todos los pueblos comenzando
por la erradicación de la pobreza; el mantenimiento de la
paz mundial y la sostenibilidad de nuestro planeta Tierra.
Europa difunde sus valores
por el mundo, en vez de posicionarse en contra de otros países
de forma imperial. Los países que se acercan a la órbita
europea reciben la influencia de sus valores, leyes y costumbres
y ya no vuelven a ser los de antes. Europa ha ido creando una comunidad
democrática utilizando el tamaño de su mercado y su
promesa de vinculación para remodelar las sociedades desde
dentro. A medida que China, India, América Latina o Sudáfrica
avancen económicamente y se expresen políticamente
el modelo europeo de "ley, competencia y solidaridad"
será cada vez más una forma política, económica
y social que les resultará irresistiblemente atractiva, con
la que podrán aumentar la libertad, la prosperidad, el bienestar
social y proteger su seguridad. Europa presenta un modelo pacífico
de influencia que está revolucionando el presente y marcará
el futuro del orden mundial del siglo XXI.
Para gestionar "el común"
de IBEROAMÉRICA, las naciones iberoamericanas, consecuentes
con el presente y en previsión del futuro, voluntariamente
deciden crear la COMUNIDAD IBEROAMERICANA DE NACIONES: como foro
de diálogo, cooperación y concertación política,
económica y social, profundizando los vínculos históricos
y culturales que nos unen, resaltando la diversidad, las identidades
propias y los intereses nacionales, y reconociéndose como
una unidad en la diversidad.
Todas las naciones iberoamericanas
han decidido que la Comunidad Iberoamericana de Naciones comience
por tener dos instituciones: La Presidencia y la Secretaría.
La Presidencia recae en la Nación y el Presidente que organiza
la siguiente cumbre iberoamericana y por un periodo entre cumbre
y cumbre. Se ha acordado que la Secretaría esté domiciliada
en Madrid, y se propone: que estuviera integrada por la Secretaría
General de Iberoamérica y por Secretarías Iberoamericanas,
cuyos cargos serían ocupados por personas de gran valía,
idóneas para las funciones a desempeñar y con fuerte
creencia en lo iberoamericano; serían elegidas por tiempo
definido por los Jefes de Estado y de Gobierno durante las Cumbres
Iberoamericanas.
Sería recomendable
que la Comunidad Iberoamericana de Naciones tuviera como referencia
el funcionamiento de la Unión Europea, de manera que: "una
vez concretado el Común por parte de las naciones iberoamericanas
lo pondrían en practica sus instituciones nacionales, a modo
de una red de centros de poder unidos por políticas y objetivos
comunes". Se propone: que "la Comunidad Iberoamericana
de Naciones "funcione" como una red descentralizada propiedad
de sus Estados miembros, con elevado nivel de colaboración
y la participación de todos. Los valores compartidos, la
unidad, la diversidad, las identidades de los pueblos. La negociación,
el compromiso y la defensa de los intereses nacionales. Un funcionamiento
que permita prosperar a todos, donde lo importante son los resultados,
y no su estructura, que se demuestran por los beneficios que reciben
los ciudadanos".
La
Comunidad Iberoamericana de Naciones apoyará las alianzas
entre países iberoamericanos como la Comunidad Andina, el
Mercosur, el Mercado Común Centroamericano, el Caricom o
los convenios multilaterales como los del petróleo y salud
impulsados por Venezuela y Cuba y prestará su mejor hacer
para favorecer las relaciones entre regiones mundiales en las que
participen estados iberoamericanos como la Unión Europea
y el Mercosur. Reconociendo los esfuerzos de Argentina, Brasil,
Paraguay y Uruguay desde 1991 en constituir el MERCOSUR por haber
adquirido una extraordinaria importancia para América Latina
en el mundo, la asociación de Chile y de Bolivia en 1996
y la incorporación de Venezuela y como observador, México
en el 2004. Valorando los esfuerzos de las naciones integrantes
del Mercosur en la defensa y el fortalecimiento de la democracia
y la aspiración de que un día no lejano todos los
países de América Latina se integren en el Mercosur,
con el ánimo de trabajar juntos, compartir valores, experimentar
beneficios reales, armonizar sus legislaciones, llegar a acuerdos
vinculantes y promover la integración política, económica
y social.
A largo plazo hay que impulsar
la Alianza de Uniones, en especial el sueño de la Alianza
entre EUROPA e IBEROAMÉRICA. La alianza de la Unión
Europea y el Mercosur de toda América Latina significaría
la conformación de la Región Mundial más influyente
para el siglo XXI, pudiendo convertirse en la entidad regional con
mayor influencia para el mejor desempeño de Naciones Unidas,
fundamentadas en el derecho internacional, el multilateralismo,
el desarrollo global y la paz. Esta alianza de uniones europea e
iberoamericana debería favorecer la extensión de los
valores de libertad, solidaridad y sostenibilidad, la igualdad de
acceso a los conocimientos y a los medios y la racional utilización
de los recursos naturales. Impulsar la democracia, los derechos
de ciudadanía y el derecho internacional, el desarrollo desde
abajo y desde adentro de todos los pueblos, el mantenimiento de
la paz mundial y la sostenibilidad de nuestro planeta Tierra.
Esta XV Cumbre Iberoamericana
de Salamanca debe significar un gran impulso para la construcción
de IBEROAMÉRICA, abordando tanto los asuntos más acuciantes
y que más influyen en la vida de las personas, comenzando
por la erradicación de la pobreza, como los asuntos institucionales
con la creación de la Secretaría de la Comunidad Iberoamericana
de Naciones con sede en Madrid. De entre los múltiples asuntos
que se vienen trabajando en la preparación de esta Cumbre,
hay que destacar la iniciativa institucional señalada y dos
iniciativas concretas y prácticas en lo económico
y social; por lo que se PROPONE:
A.
Programa de Cooperación Iberoamericana para la Erradicación
de la Pobreza en los próximos 15 años, la Inclusión
educativa, social y económica de las mayorías
y el Desarrollo desde abajo y desde adentro. Poniendo a disposición
de las mayorías los conocimientos y los medios mediante
redes de Centros Direccionales. Para la creación multitudinaria
de empleos sostenibles, con el apoyo a los emprendedores,
el fortalecimiento de microempresas y la concesión
de microcréditos y depósitos de ahorro.
B.
Creación de Fondos de Cooperación con el canje
de Deuda por Desarrollo, para la financiación continua
y a largo plazo de Otra Cooperación al Desarrollo comenzando
por la Educación, Salud, Microcréditos, Empleo
e Infraestructuras básicas.
C.
Fortalecimiento y creación de las Instituciones para
la Comunidad Iberoamericana de Naciones: la Presidencia y
la Secretaría.
Extraído del libro "Propuestas a la XV Cumbre Iberoamericana de Salamanca"